jueves, 3 de mayo de 2012

ARTÍCULO III

        

FILOSOFÍA DE VIDA


      Existen momentos en los que alguna vez todos nos hemos sentido solos o simplemente, nos hemos bajado del mundo, aunque sea cosa de unos pocos minutos, y nos hemos parado a ver cómo el planeta sigue girando, cómo todo se vuelve a repetir una y otra vez, cómo el resto de la gente sigue haciendo sus cosas. Y tal vez algunos de nosotros empezamos a cuestionarnos: Un mundo tan grande, unas perfectas máquinas biológicas que somos... ¿Para qué? Es decir, ¿Con qué fin está diseñado todo esto?
        Algunos piensan que existe algo prodigioso ahí arriba, en el cielo, que tiene un plan para cada uno de nosotros, responsable de todo esto. Otros son apáticos y deciden que es mejor no pensar, vivir la vida tal y como se presenta y disfrutarla, porque es un "regalo". Luego aparecen aquellos que afirman con total seguridad que somos híbridos entre extraterrestres y primates, algo un tanto extravagante y atrevido de decir. Detrás, está aquella religión que cree en la reencarnación, y no sólo del hombre, sino de todos los seres vivos. Nuestras almas se reencarnan cada vez que nuestro cuerpo muere, y así sucesivamente. Y por último, aquellos que creen que la vida es un camino de dolor y sufrimiento, y cuando morimos somos liberados. 
       Sin embargo, a pesar de todas las creencias que existen sobre la vida y la muerte, sigue sin responderse la pregunta principal. Es decir, ¿Para qué ir al cielo? ¿Por qué es un regalo? ¿Para qué iban a crearnos los extraterrestres? ¿Para qué reencarnarnos una y otra, y otra vez? ¿Seremos liberados de qué? 
        Toda creencia tiene una finalidad, sin embargo esa finalidad es absurda porque sigue sin tener sentido. En el caso de la reencarnación, ¡qué agobio saber que vivirás eternamente! ¿No crees? También existen otras teorías de que al morir pasamos a otra dimensión pero la finalidad sigue sin responderse.
Hace tiempo leí una frase de Anthony Hopkins  que me encantó:

" Cuando te das de golpes contra la pared a lo largo de tu vida, te das cuenta de que algo no está bien y lo racionalizas. Cuando envejeces, enfrentas las cosas porque el tiempo se te está yendo. Mi filosofía a estas alturas es que no hay respuestas para nada. Nada tiene sentido. Para qué preocuparte si no hay respuestas en este mundo. Lo más interesante de la vida es cuando vas conduciendo y de repente ves un cementerio y dices "gracias a Dios que no estoy ahí", ¿pero que estoy haciendo con mi vida mientras me llega el tiempo?, creo que de eso se trata todo".

        Desde mi punto de vista, es una filosofía bastante grande. Cuando preguntas a la vida y la vida no te responde, respóndele tú a ella. Si no encuentras una respuesta convincente, regálatela tú mismo. Es obvio que es una pregunta complicada y a pesar de todas las teorías y creencias, nada de eso me convence. 
Personalmente pienso que eres lo que haces, y quitando del medio la finalidad de nuestra existencia, lo más grande que le puede pasar a alguien es ser recordado cuando ya no esté entre nosotros. Es por esto por lo que hay que hacer cosas grandes mientras estamos aquí, no por ser recordados, sino para que tu vida haya servido para algo, para que en este mundo donde hay tantas cosas mal hechas, alguna cambie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario